jueves, 11 de agosto de 2011

Lisboa Pessoa



"Los viajes son los viajeros. Los que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos"...
Fernando Pessoa

La sabiduría de esta frase es el inicio perfecto de cualquier viaje, y sobre todo de un viaje a Lisboa tierra natal del poeta Pessoa. Resume y eleva a la belleza lo ya bien sabido: "El que nada sabe nada ve". "Nadie vé lo que no espera ver".
Así que antes de iniciar el recorrido hay que prepararnos.


Dos lecturas:
Lisboa: lo que el turista debe ver - Fernando Pessoa
Viaje a Portugal: José Saramago

Día 1

Lisboa tiene un pequeño aereopuerto internacional, donde más bien se llega para hacer conexiones. Lo más común es que se vaya a Lisboa desde Madrid.
Si el propósito es viajar de verdad, y no sólo hacer turismo, lo mejor será que decidas entre el tren o el autobus.
Yo tomé el autobús. Es barato y cuando estas acostumbrado a las distancias aprendes a quererlas. Sirven para pensar.
Salí en el de las 8:30 desde Avenida de América en Madrid. Subí mi maleta y esperé en la fila. Es triste, pero en plena era de a democracia a quienes les piden papeles es a los negritos. Europa es UNA, pero no para todos.

En los trayectos en autobus observas paulatinamente el cambio del paisaje. En este caso me hizo pensar en el significado de las fronteras. Al llegar a la de Portugal, por Extremadura, poco después de la Ciudad de Badajoz (donde hicimos una parada para comer) encuentras un sitio híbrido en el que todos entienden portugués y español, no sólo eso, lo hablan al mísmo tiempo. Se mezclan los idiomas sin que predomine alguno. Ahora que Europa es una Unión con sus Unión, las fronteras son marcadas por el lenguaje. En este punto del trayecto sabes que ya estas por llegar a otro País.

Cuarenta y cinco minutos para comer un bocadillo de jamón serrano y una Cocacola.
El paisaje permanece inmutable a partir de aquí. Buen ganado y cientos de árboles que me parece que son los del Alcornoque, árbol del que sacan el corcho y que se da abundantemente en Portugal.

El siguiente impacto es el Tajo.
Río caudaloso y gordo. Azúl. Que le recibe a uno por el puente Vasco da Gamma del lado donde están las marismas. En este punto se mezcla el mar Atlantico con el río Tejo, en portugués. Los flamingos por cientos, toman el sol y búscan alimento. Por la velocidad, este espectáculo queda en la memoria como una visión.

Enseguida sorprende la Ciudad regada a la orilla del Río. Bajan casi todos los pasajeros en la estación de Oriente. Yo compré boletos para la de Sete Ríos, no sé porqué.
Espero hasta la siguiente parada. Al final parece afortunada la decisión. Es más céntrica.
Busco el metro y me tomo unos minutos para cerrar los ojos y descubrirme extranjera. Todo en otro idioma, las voces que en un primer momento me parecen inteligibles.
Aunque la temperatura es agradable, las maletas siempre causan bochornos.
Me tranquiliza ver que sólo hay 4 líneas del metro.

El boleto del metro es grande y verde. Se pasa por un sensor. Por suerte lo guardé "de recuerdo" pues hay que volverlo a pasar para poder salir. Este boleto sirve para todos los trayectos y hay que volverlo a cargar.
Muy moderno el asunto.

Los andenes están bellamente decorados con mosaicos típicos de Portugal. De la estación Jardín Zoológico, que esta junto a la de autobuses, me dirigí a la de El Parque, por ser la más cercana a mi hostal. El camino a la superficie es acompañado por frases filosóficas-. Recuerdo una: "Si quieres miel soporta las abejas". Para este momento empiezo a familiarizarme con el portugués.



Temo encontrarme con un hostal muy cutre ya que es la primera vez en que me hospedo en uno. Sin embargo lo que me esperaba era con una habitación grande y bonita en Residencia muy limpia http://www.residencialmarisela.pt/. Residencia Marisela esta un edificio típico de Lisboa con balconcitos y azulejo. Para hacer la reservación me atendió Clara, una chica dispuesta a hablar despacio para que le entendiera y a escuchar con atención para entenderme. Sus otras compañeras me recibieron con la mísma hospitalidad. Es importante reservar pues suele llenarse el cupo.

Apenas puse la cabeza en la almohada y me dormí profundamente.


Costo aproximado del autobús: 70E
Habitación con baño privado y vista a la calle: 40E
Duración Madrid - Lisboa: 9 horas con una parada para comer y dos para descansar.

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